miércoles, agosto 30, 2006

Radiografía de Transmilenio “un sistema caótico” 1

Por Diego Alfonso

Primero que todo quiero decir que gracias a Transmilenio me movilizo desde la 170 hasta el centro de la ciudad en una hora y no en dos horas y media como lo hacía hace casi 5 años.

Gracias al Dr. Koooo, quien me abrió un espacio en su blog, voy a hacer un resumen de las fallas que – creo - tiene este “Sistema de vida” y que afectan a ciudadanos comunes y corrientes como yo, los llamados usuarios.

Hoy hablaré de los alimentadores. Como todos sabemos, estos grandes buses vienen arrasando, sin piedad, el asfalto de las calles de los barrios por los que transitan.

Vías: Por ejemplo, los alimentadores de San José, en el portal del Norte, ya han cambiado varias veces de rutas porque las vuelven tan intransitables que ni ellos mismos las pueden recorrer. Como depredadores acaban una vía y luego otra, y otra…

Paraderos: Se necesita tener mucha paciencia, o practicar yoga constantemente, para esperar, a veces 20, 30 minutos “o hasta más…”, mientras llega un alimentador al paradero ¡Y LLENO!, sin que le quepa un alma más.

Si uno logra subirse es mejor que haya tomado algún curso de contorsionista o de estatua humana para que llegue invicto al portal.

Pero cuando vienen vacíos, los conductores no tienen en cuenta que nosotros, los buenos usuarios, tratamos de organizar tres filas para ingresar al bus y solo abren una de las puertas. Todo se vuelve caos y allí comienza el descontento.

Me pregunto si es que, con esta omisión, ahorran gasolina o conservan algún mecanismo del bus que, al final, les representa un aumento de salario, un ascenso o, al menos, una felicitación.

Fines de semana: Traten de coger un alimentador en el portal de la 170 un domingo a las 3 de la tarde. Sólo hagan el ejercicio y verán que, así sea usted la persona más tranquila del mundo, que se le sale la piedra, se le sale.

La demora es eterna. Más rabia da cuando en la eterna fila hay adultos mayores, niños y señoras embarazadas, desesperados todos, viendo pasar los minutos en cámara lenta, esperando que el bendito bus aparezca, como si viniera prestado de Pereira.

Ah, y los señores conductores esperan a que estemos como sardinas - “rico y apretadito”, como dicen las antiguas canciones del meneito (o meneaíto) - para luego regañar a quienes van adelante por que no los dejan ver el espejo lateral.

Malos usuarios: No faltan los “vivos bobos”, o avispados, que buscan colarse, sin la menor vergüenza ¡SINVERGUENZAS! La otra vez un par de niñas de unos 20 años me reclamaron porque las detuve al intentar colarse. ¿Esa es la educación que han recibido?

Prometo no ser tan formal en la próxima entrega en la que hablaré, si me lo siguen permitiendo, de los llamados buses En tránsito, una “evolución”

:: más soldados de terracota

*me colé por ahí anque hicé el post tardecito, sólo por quedar con el post de la exposición

sábado, agosto 19, 2006

Transmilenio... Un sistema de vida

Provisionalmente les presento las fotos tomadas por Diego Alfonso en uno de sus tortuosos viajes diarios en Transmilenio, de ida para el trabajo. Esperamos que pronto Diego nos entregue su artículo acerca de este caótico sistema de transporte que por culpa de la improvisación típica de los dirigentes colombianos no ha sido lo que se esperaba.


sábado, agosto 12, 2006

Cll 26 8:40am